La temperatura influye a nuestro bienestar, afectando tanto al rendimiento en el trabajo como al confort en el hogar. Son muchos los estudios que demuestran que las elevadas temperaturas afectan al rendimiento negativamente. En las condiciones de confort creadas por el aire acondicionado, la persona puede trabajar más y mejor. Lo mismo ocurre en el […]
La temperatura influye a nuestro bienestar, afectando tanto al rendimiento en el trabajo como al confort en el hogar. Son muchos los estudios que demuestran que las elevadas temperaturas afectan al rendimiento negativamente. En las condiciones de confort creadas por el aire acondicionado, la persona puede trabajar más y mejor.
Lo mismo ocurre en el hogar. Si queremos que nuestra calidad de vida mejore, debemos ser conscientes de que nuestro hogar tiene que cumplir con una serie de condiciones que lo pueden hacer confortable. La temperatura de confort, o confort térmico, es la temperatura a la que no tenemos ni sensación de frío ni de calor. La temperatura ideal del aire acondicionado en verano está entre los 24 y 26ºC. Cuando tu hogar está por encima de esta temperatura, esto puede afectar negativamente al organismo generando alteraciones del sueño, cambios de humor o causando malestar.
Según un estudio de un equipo de investigadores de Harvard, Las elevadas temperaturas estivales afectan a la calidad y la conciliación del sueño, ya que este factor provoca un incremento en el número de despertares durante las horas de sueño y que no se logre conciliar un sueño profundo y reparador.
El aire acondicionado permite mantener la temperatura óptima y de modo constante durante nuestras horas de sueño para evitar que el calor afecte al descanso. Además, algunos dispositivos cuentan con tecnologías capaces de adaptar las condiciones de funcionamiento dependiendo de si estamos tapados o destapados, evitando que el aire llegue demasiado frío. Midea va más allá con su dispositivo Midea Kid Star, un dispositivo pensado para los más pequeños que, gracias a su sensor infrarrojo térmico, es capaz de ajustar automáticamente la temperatura, la velocidad y la dirección del aire frío dependiendo de la temperatura corporal, protegiendo a los niños de un aire demasiado frío y directo.
También debemos tener en cuenta que, si la temperatura del aire acondicionado es muy fría, puede provocar sequedad ambiental. Cuando se respira este aire frío y poco húmedo, las vías respiratorias se irritan y las mucosas que las recubren se inflaman. Esto origina problemas respiratorios como rinitis, faringitis, amigdalitis, laringitis o bronquitis, según la zona afectada.
Manteniendo una temperatura estable entre los 22 y 24ºC en tu aire acondicionado y con un mantenimiento adecuado de tu frigorífico, podrás evitar estas afecciones respiratorias